Argumenta que afecta la venta de vehículos nuevos y usados y atenta contra el empleo formal.
Guillermo Rosales, de la AMDA, en entrevista con Elia Baltazar.
IMER Noticias
El fin de semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció en Baja California que iniciaría en México un nuevo procedimiento para la regularización de autos “chocolate” en el norte del país, pero la noticia no le ha parecido nada buena a la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).
Su vocero y director general adjunto, Guillermo Rosales Zárate, dijo que medidas como esas afectan la venta de vehículos nuevos o usados y atentan contra el empleo formal y la captación de impuestos.
“Manifestamos la oposición a la legalización, en virtud de que de inmediato se registra una disminución en el precio y valor de los vehículos que se encuentran en México, de los vehículos usados que se encuentran legalmente en México, dado a la saturación de la demanda con chatarra y esto tiene como consecuencia que se impida o se dificulte la compra de vehículos usados y de vehículos nuevos en el mercado formal, afectando a un sector que contribuye de manera muy importante con empleo y captación de impuestos en todo el territorio nacional”.
Recordó que entre 1979 y 2011 ocurrieron en México 19 procesos de regularización que permitieron la introducción de muchos autos de contrabando, procedentes de Estados Unidos.
“En el año 2005, una de las últimas regularizaciones importantes que fue autorizada por el presidente Vicente Fox, tuvo un impacto muy fuerte en la caída de las ventas en el mercado formal, tanto de vehículos usados como de vehículos nuevos, y con ello se dañó también la captación de impuestos y seguramente ocurrirá de nueva cuenta lo mismo”.
La AMDA ha pedido al presidente una audiencia para tratar personalmente el asunto.