El todavía secretario de Seguridad y Protección Ciudadana deja una estrategia de seguridad que aún no muestra resultados tangibles y acciones que podrían apuntar hacia el camino correcto en la búsqueda de paz.
Bianca Carretto
Deterioro, inercia y escasas acciones que pretendían apuntar hacia una dirección correcta en la búsqueda de paz marcan la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana que deja Alfonso Durazo, quien ahora buscará gobernar Sonora.
“Esto no se acaba hasta que se acaba, pero en este momento puedo decir que he decidido atender el llamado de la militancia de Sonora”.
Alfonso Durazo
Para David Ramírez de Garay, coordinador del programa de seguridad de México Evalúa, este llamado debió ser considerado antes de que fuera nombrado al frente de una de las tareas más complejas que enfrenta el Estado mexicano: garantizar la seguridad de la población.
«Ya era identificado como probable candidato al puesto. Era el escoger a alguien que no tuviera que experiencia técnica en el tema, pero sí agenda política propia y eso creo que no terminó favoreciendo al país estar pensando en un secretario de Seguridad que se sabía desde un principio que iba a abandonar el puesto para ir a perseguir sus objetivos políticos».
David Ramírez de Garay, especialista
Las cuentas que deja Durazo exponen el desafío para su sucesor: 2019, el año más violento que ha vivido México, cerró con 29 mil 457 homicidios. La cifra podría superarse este 2020, que hasta septiembre ya sumaba 21 mil 879 casos, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Así, hasta el pasado mes y en menos de dos años de la actual administración ya suman más de 50 mil asesinatos.
Las cifras son resultado de lo que Ramírez de Garay describe como un “deterioro” en la gestión de la seguridad, reflejado en el debilitamiento de las fuerzas civiles en la materia, pues en estos dos años la estrategia ha quedado bajo el control de militares. Una visión que se aleja de las realidades locales.
Es el secretario del deterioro porque frente a él se aceleró el abandono de las policías, de las policías estatales, de las policías municipales, frente a él se escuchaban los discursos del presidente de que las policías eran corruptas y que no funcionaban y que por tanto no valía la pena apoyarlas. Él apoyó esa visión al no destinar recursos o mover políticamente para hacer crecer a las policías locales.
David Ramírez de Garay, especialista
En su último reporte de seguridad, Durazo presumió precisamente la consolidación de la Guardia Nacional que ya tiene más de 90 mil elementos. También aseguró que los homicidios muestran ya una tendencia a la baja.
Del 18 al 19 hay una ligera baja pero lo importante es que hay un quiebre y que logramos romper esta inercia de cuatro años; en 22 estados disminuyó el número de homicidios aquí creció aumentó en 10 entidades pero disminuyó en 22.
Alfonso Durazo
Es ahí donde Ramírez de Garay detecta otro punto que describe la gestión de Durazo al frente de la Secretaría de Seguridad: la inercia. Este fenómeno se refleja en el uso de datos de baja calidad para presumir logros, en el estancamiento del presupuesto destinado al combate al crimen y también en una visión que limita la comprensión de los fenómenos criminales que azotan al país, de acuerdo con el experto.
Siguió reproduciendo lo que yo llamo un discurso monolítico blanco y negro entre que la seguridad es una cuestión del crimen organizado, contra policías y contra el Ejército en este caso y no es así. Creo que ya hay mucha información de la gran complejidad que hay en el fenómeno criminal en el país, que la idea del crimen organizado como un gran cartel, que son esquemas mucho más complejos que necesitan de acciones más complejas.
David Ramírez de Garay, especialista
El llamado ‘Culiacanazo’ es uno de los sucesos que marcó la gestión de Durazo al frente de la estrategia de seguridad. Los hechos ocurridos el 17 de octubre de 2019 evidenciaron el nivel de penetración de los grupos criminales, la falta de coordinación entre las fuerzas de seguridad y las fallas de las instituciones encargadas de la procuración de justicia, dice Ramírez de Garay.
Del otro lado de la moneda, uno de los logros que Durazo se lleva a la bolsa es la detención de quien, a decir de las autoridades, fue el principal generador de violencia en Guanajuato: José Antonio Yépez, alias El Marro, presunto líder de una organización criminal dedicada al robo de combustible, ilícito que era una de las mayores preocupaciones del gobierno federal por las pérdidas millonarias que ocasionaba al Estado.
Ramírez de Garay destaca que la herencia que deja Durazo no es negativa del todo. En su gestión hay pequeños pasos que van en la dirección correcta, los cuales a pesar de enfrentar obstáculos abren la posibilidad de que quien ocupe la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana pueda retomarlos y avanzar hacia la promesa de paz que está pendiente.
- La línea 911 que podría convertirse en una base de datos confiable para medir fenómenos delictivos.
- El Registro Nacional de Detenciones, un avance hacia la transparencia de lo que ocurre cuando una persona es privada de su libertad por la comisión de algún delito.
- El Protocolo para la Atención de casos de Violencia de Género, su existencia es el primer paso para pagar la deuda que el país tiene con las mujeres.
- El Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica que aunque ha sido limitado por recursos representa un avance para la profesionalización de las policías y la investigación de delitos.