En Brasil, un ingeniero retirado logró transformar una región casi desértica en un lugar lleno de vegetación y fauna.
IMER Noticias
En Poções, un pequeño municipio en la región semiárida de Bahía, en el noreste de Brasil, los años de uso intensivo agotaron el suelo y lo dejaron al borde de convertirse en un desierto.
Ese fenómeno afecta alrededor del 13% de la tierra en la región conocida como el Semiárido brasileño, según el Laboratorio de Análisis y Procesamiento de Imágenes Satelitales de la Universidad Federal de Alagoas.
Ante ello, el ingeniero retirado Nelson Araújo Filho, de 66 años, comenzó a revertir el proceso hace tres años con la instrumentación de un sistema agroforestal de 1.8 hectáreas, equivalentes a dos canchas de fútbol. Plantó especies de la caatinga brasileña que sobreviven incluso en suelos degradados, como los cactus. Posteriormente comenzó a podar la vegetación y utilizó todo el material cortado para fertilizar el suelo.
Con la mejora de las condiciones, pudo comenzar a plantar árboles más grandes y frutales. Como es de esperarse, la abundancia de flores y frutos atrajo pájaros y abejas. Incluso, animales salvajes que hacía mucho tiempo que no se veían, como los ciervos, volvieron a la región.
El método, que ha sido adoptado ya en varias regiones de Brasil y del mundo, refleja el funcionamiento de los ecosistemas originales en cada región.
Técnicas como las utilizadas por Araújo han atraído la atención de los medios, entre ellos la BBC que publicó una entrevista con este ingeniero, en un momento en que los líderes mundiales discuten cómo frenar el cambio climático, un objetivo de la COP26 en Glasgow, Escocia.
Para los expertos, los sistemas agroforestales son herramientas tanto para adaptarse al cambio como para reducir su ritmo.
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