José Luis Hernández había cumplido dos años como director de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, de Ayotzinapa, cuando 43 de sus estudiantes desaparecieron y tres más murieron en aquella violenta noche del 26 de septiembre de 2014. Ahora, comparte con IMER Noticias sus recuerdos de la Noche de la Iguala.
Adriana E. Flores
– ¿Que estaba haciendo la noche del 26 de septiembre de 2014?
– Yo estaba en la casa con la familia y hablaron por teléfono, fuimos allá a ver como estaba la situación, me informaron prácticamente los compañeros y nos reunimos, era una situación muy difícil, los jóvenes estaban desesperados, y en ese momento había una confusión enorme, era una situación que nunca se pensó que se daría, entonces había una confusión entre todos, era una tragedia y eso causa mucho dolor, mucha confusión.
José Luis Hernández
José Luis Hernández Rivera había cumplido dos años como director de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, de Ayotzinapa, cuando 43 de sus estudiantes desaparecieron y tres más murieron en aquella violenta noche del 26 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero.
Tres años más se mantuvo en su cargo como director. Durante ese tiempo, José Luis acudió dos veces a declarar ante la extinta Procuraduría General de la República. Uno de los detenidos, vinculado a la desapareción de los 43 normalistas, lo había acusado de recibir sobornos y aun de controlar a grupos dedicados a la venta de droga, desde la normal de Ayotzinapa.
El testimonio en su contra provino de la declaración de Felipe Hernández Salgado, alias “El Cepillo”, señalado como uno de los líderes del grupo delictivo de “Los Rojos”.
Aquellas acusaciones fueron una más de todas las que intentaron criminalizar a los normalistas para justificar el ataque en su contra, en Iguala.
José Luis conocía la estrategia, ya la había vivido antes, durante el periodo de las desapariciones forzadas en Guerrero, conocido como la Guerra Sucia. En 1975, él mismo había estado detenido nueve día por el Ejército, donde afirma que fue víctima de tortura. Tras su liberación, estudió Filosofía y Letras en la Universidad Aurónoma de Guerrero, una Maestría en Historia en la Universidad Iberoamericana y el doctorado en el Instituto Nacional de Estudios Políticos Avanzados “Ignacio Manuel Altamirano”.
En Ayotzinapa, acompañó las protestas de sus estudiantes y la demanda de justicia de las familias de sus estudiantes muertos y desaparecidos.
Como director de la normal, en 2015 encabezó la ceremonia de graduación de 117 estudiantes, los sobrevivientes de la tragedia. Aquel día lo acompañaron los escritores Elena Poniatowska y Juan Villoro, como madrina y padrino de la generación.
Dos años después renunció a la dirección de la norma Isidro Burgos. Y hoy, como profesor en la Escuela Nacional de Enfermería, comparte con IMER Noticias sus recuerdos de la Noche de la Iguala.
-¿Cómo vivió los momentos que siguieron al ataque en Iguala?
-En enero o febrero sale la famosa verdad histórica en donde ellos, el gobierno, busca resolver el problema de los asesinatos de los 43 y que fue una situación de grupos delincuenciales, que no fue de parte de autoridades sino de una lucha por los territorios y entonces ahí comienza una ofensiva de parte del gobierno federal de que no fue algo que se hiciera injusto sino que es la lucha de grupos delincuenciales por los territorio.
-¿Qué hicieron ante esta ofensiva?
-Cuando sale eso, al otro día, le hablo a personas de los periodistas y hacemos una reunión con los periodistas en ese momento van todos los de los medios masivos, van todos y todos le damos la información y les decimos que son mentiras, denunciamos lo que esta pasando y en ese momento, al otro día, va a salir todo lo que denunciamos, sale en todos los periódicos pero también en primera plana y ahí me di cuenta de que México estaba cambiando.
-¿Qué significó lo que pasó en aquella noche en la larga historia de agravios e injusticias contra la escuela?
-Es toda una situación difícil porque uno tiene sus hijos y no quisieras que les pasara nada, que no sucediera nada y esa situación fue algo que dificulta, que no es entendible.
-¿Cómo explicar el odio contra estudiantes que vienen de las comunidades más pobres del país?
-Porque para ellos era irrespetuoso para esas autoridades con años en el poder, que anduvieran tomando carros, cerraron calles, era irrespetuoso para ellos, no se disciplinaban […] Por rebeldes. Pasó la masacre del 2 de octubre y todos volvieron a clase.
-¿Qué lecciones deja Ayotzinapa?
-Lo que pasó el 2 de octubre que la gente se replegó, aquí no se replegó, ellos salieron a luchar.
Estábamos nosotros sin ninguna protección y estábamos con la posibilidad de que nos mataran y sembraran cosas, pero no : en lugar de gente espantada no, fue gente enojada, gente que estaba ya cansada de esa forma de resolver problemas. Estaba un México ya cambiando, era un México diferente.
-¿Cuál sería la exigencia para el gobierno?
-Si el gobierno de ahora hace realidad qué fue lo que pasó, se va a diferenciar de los otros gobiernos, eso es importante, que se supiera.
Hernández aún reflexiona sobre lo que vivió en estos años en los que madres, padres y estudiantes han mantenido las protestas no solo para los normalistas de la noche de Iguala, sino también para los otros nueve que han sido asesinados en distintos episodios y que también aún esperan justicia.
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