El pasado sábado 13 de febrero, el Papa leyó un mensaje de enorme fuerza y contenido. En él hace una crítica al estilo de vida y al ejercicio pastoral de los obispos, en el que también los invita a cambiar.
En el texto hay un llamado para que la toda la Iglesia y cada una de las iglesias locales, abandonen el clericalismo, la actitud autorreferencial y el triunfalismo. Quiere que los obispos se abran y salgan al mundo y abandonen su zona de confort.