Una jueza aplazó la audiencia que definiría la libertad de Javier Duarte, exgobernador de Veracruz, aún vinculado a casos de corrupción y negligencia.
Karen Ávila/Guillermo Arroyos
El exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, continuará en prisión luego de que una jueza federal decidiera posponer la audiencia en la que se analizaría su posible salida anticipada.
La sesión, prevista para este lunes, se suspendió debido a que faltan comparecencias y documentos dentro del proceso que evalúa si Duarte puede acceder a los beneficios de libertad condicional. La nueva fecha será reprogramada en los próximos días, mientras el exmandatario permanece recluido en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
Un nuevo retraso en su intento por salir de prisión
Con casi ocho años privado de la libertad, Duarte buscaba que el tribunal considerara su buena conducta y tiempo cumplido de condena para obtener la libertad anticipada. Sin embargo, la jueza determinó que el expediente aún no está completo y que es necesario escuchar a todas las partes involucradas antes de emitir una resolución definitiva.
El exgobernador asistió a la audiencia acompañado de su defensa legal, en un proceso que se ha extendido más de lo previsto. El aplazamiento implica que la decisión final sobre su posible salida de prisión podría conocerse hasta finales de noviembre.
Antecedentes judiciales
Javier Duarte fue detenido en 2017 y posteriormente sentenciado por lavado de dinero y asociación delictuosa, tras ser acusado de encabezar una red de desvío de recursos durante su gestión como gobernador de Veracruz (2010-2016).
Desde entonces, ha permanecido recluido mientras enfrenta distintos procedimientos judiciales. En los últimos meses, su defensa ha solicitado al Poder Judicial que se reconozca el cumplimiento parcial de la condena para acceder a un beneficio de libertad supervisada.
Los casos que marcaron su gobierno
Más allá de su condena principal, el nombre de Javier Duarte se asocia con una serie de escándalos políticos y sociales que marcaron su administración y contribuyeron a su caída.
Desvío de recursos y corrupción sistemática
Durante su sexenio, se documentó una red de empresas fantasma y contratos simulados que desviaron millones de pesos de fondos públicos. El patrón de corrupción afectó dependencias estatales, programas sociales y áreas de salud, educación y seguridad.
Estas prácticas derivaron en la investigación que lo llevó a prisión, convirtiéndolo en uno de los primeros exgobernadores en ser condenado por delitos financieros en México.
Medicamentos falsos y negligencia en salud pública
Uno de los episodios más indignantes de su gobierno fue el hallazgo de medicamentos falsos o caducos utilizados en tratamientos para niños con cáncer en hospitales públicos de Veracruz.
También se denunciaron pruebas de VIH adulteradas, lo que evidenció la corrupción dentro del sistema de salud estatal.
Aunque Duarte negó haber tenido conocimiento directo, la indignación pública lo responsabilizó por permitir la operación de una red que lucraba con el sufrimiento de pacientes.
“Los Porkys de Costa de Oro”
En 2015, la agresión sexual a una menor de edad cometida por un grupo de jóvenes de familias influyentes, conocidos como “Los Porkys de Costa de Oro”, exhibió la impunidad y favoritismo que imperaban en el sistema judicial veracruzano.
Si bien Duarte no fue procesado por estos hechos, su administración fue señalada por encubrir a los responsables y minimizar el caso, lo que generó indignación nacional y protestas ciudadanas.
Caso Narvarte
El asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa y la activista Nadia Vera, ocurrido en 2015 en la colonia Narvarte de la Ciudad de México, también marcó el gobierno de Duarte.
Ambos habían denunciado amenazas mientras vivían en Veracruz y responsabilizaron públicamente a su administración antes de su muerte.
Aunque el crimen fue investigado en la capital del país, el caso reforzó la percepción de un clima de persecución y violencia contra periodistas durante su mandato.
Un legado de impunidad y desconfianza
A casi una década del final de su gestión, Javier Duarte continúa siendo uno de los exgobernadores más controvertidos de México.
Entre condenas, procesos pendientes y escándalos sociales, su nombre simboliza los excesos de poder y la falta de rendición de cuentas que caracterizaron una época de crisis institucional en Veracruz.
Mientras espera la resolución de su solicitud de libertad condicional, su caso sigue siendo un ejemplo de los desafíos del país para garantizar transparencia, justicia y combate a la corrupción.
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