En mayo de 2019, la Organización Mundial de la Salud incluyó al Síndrome de Burnout en la Clasificación Internacional de Enfermedades. Consiste en un desgaste físico y emocional asociado a la actividad laboral. El personal de salud que está al frente de la atención de pacientes con Covid-19 ha reconocido síntomas asociados a esta enfermedad.
Natalia Escobar
<<Todo el tiempo tengo ansiedad, a veces insomnio…>>
<<Estoy muy estresada y ansiosa, además de que no es sencillo traer durante 8 horas el equipo de protección…>>
<<Tengo una mezcla de enojo, tristeza, angustia y agotamiento.>>
<<Al estar en contacto con pacientes en el área Covid sentimos miedo, porque podemos contagiarnos a pesar de todas las medidas que se tienen.>>
Son palabras de trabajadores del servicio de Salud. Trabajan en hospitales Covid del Valle de México, que en este momento enfrenta la etapa más crítica de contagios y por tanto, impacta en su salud mental. Sus síntomas, se repiten entre médicos, enfermeras y camilleros de hospitales públicos y privados ellos atienden a pacientes de la epidemia, que cada día son más frecuentes.
Para el doctor Eduardo Madrigal, director del Instituto Nacional de Psiquiatría y a quien se le ha encargado una estrategia para atender al personal con estos padecimientos, los síntomas son los indicios de una enfermedad que hasta hace poco no era conocida por la Organización Mundial de la Salud.
“El Burnout es el síndrome de cansancio mental y la fatiga de compasión que se materializa en esta sensación de desesperanza(…) El personal de salud que ya está muy agotado o tiene este síndrome de fatiga por compasión de tanto estar atendiendo les da esa sensación de desconcentración en el trabajo, como de andar perdida o perdido…y que puede ser un factor que luego se traduce en más depresión”.
El síndrome de Burnout o del quemado -que fue incluido en 2019 en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos- se suma a la estigmatización que sufre el personal de salud por parte de personas que los consideran un factor de riesgo.
Yuritzi es enfermera en el Hospital General de Atlacomulco, en el Estado de México. En esta emergencia, se ha encargado de limpiar y preparar material para la atención de los pacientes. Experimenta una sensación de constante miedo. <<El miedo de llegar a contagiate y afectar a tus familiares. La tristeza de ver cómo los pacientes llegan en muy mal estado y que la mayoría llega a fallecer.>>
El desgaste físico y mental se extiende en todas las áreas de atención de los hospitales reconvertidos para la emergencia.Beatriz trabaja en un hospital privado donde cada día se intensifica el ingreso y la gravedad de los pacientes. <<Llegan prácticamente con escaso oxígeno, llegan muy graves y se les tiene que dar una atención inmediata…Hay días que que llega unos tras otro, eso ocasiona un desgaste físico…>>
Las extensas jornadas de trabajo se reflejan en las marcas que deja el equipo de protección en los rostros de médicos, enfermeras y camilleros que se enfrentan también a otra enfermedad: el síndrome de estrés agudo, dice el doctor Eduardo Madrigal.
<<Este personal tiene que enfrentar la noticia a los familiares, tiene que enfrentar la condición que todos los médicos tenemos frente a la muerte de nuestros pacientes. Este es el panorama de principalmente personal de salud, principalmente enfermeras y médicos; pero también camilleros, personal de laboratorios que está viviendo, configura algo que llamamos síndrome de estrés agudo>>, explica.
Opciones de atención
Para atender la salud mental de médicos, enfermeras y camilleros, el Consejo Nacional de Salud Mental, en conjunto con la UNAM, creó una plataforma digital para que se sometan a un tamizaje psicológico y detectar riesgos. De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, 6 mil personas han realizado la prueba, de las cuales el 50% ha recibido algún tipo de atención.
Los casos más graves son canalizados hacia instancias especializadas, de ser necesario reciben una atención en crisis severas. Pero pocos se atreven a externar sus emociones. De los ocho médicos y enfermeras entrevistadas para este trabajo solo dos recurrieron al apoyo de expertos. Una de ellas es Isela, quien es laboratorista de un hospital privado.
<<Sí recurro a hablar, a desgastar la historia y desplazar mis emociones de enojo, tristeza en llanto, porque sino reviento,>> comentó.
El director del Instituto Nacional de Psiquiatría, Eduardo Madrigal, atribuye esta situación a que el personal de salud, no acepta el daño mental que le ocasiona atender estas emergencias. <<Tienen este prejuicio que los problemas de salud mental se resuelven con actos de voluntad, es decir yo voy a salir solito o solita, yo me voy hacer al fuerte, que es eso de estar deprimido o ansioso, o no tienen tiempo o no tienen la posibilidad de acudir a ello.>>
Marcia Villanueva, especialista en bioética y salud mental del personal sanitario de la Universidad Nacional Autónoma de México, pida a la población que deje de llamarlos héroes, pues con ello, se deshumaniza su labor, y ante todo, debe quedar claro que al igual que todos nosotros, son seres humanos que sufren emociones alteradas por atender la emergencia sanitaria.
<<Podemos pensar en los médicos, enfermeros, paramédicos, entre muchas otras personas que actualmente realizan actividades con alto riesgo de contagio como héroes y heroínas, pero me parece que en este momento más que nunca es necesario pensarlos como personas trabajadoras que bajo ninguna circunstancia deberían desempeñar sus actividades en condiciones precarias o inseguras.>>
La Organización Mundial de la Salud ha señalado que durante la pandemia y tras la crisis sanitaria, <<la salud mental debe estar al frente, en el centro de la respuesta y recuperación de todos los países, y antes que el bienestar de todas las sociedades enteras.>>
En China, país donde se originó el brote del coronavirus, un estudio de JAMA Open Network aplicado a mil 257 trabajadores de la salud de 34 hospitales mostró que 7 de cada diez médicos y enfermeros tratados, experimentaron síntomas de angustia, 5 de cada diez, tuvo síntomas de depresión y 3 de cada diez tuvo insomnio.
La razón principal de la angustia, se debió a que el personal analizado, carecía de equipo de protección personal, según expone el estudio. Esta situación también ha impactado al personal de salud de México, donde aún no hay un estudio que permita conocer el impacto de la pandemia en la salud mental del personal sanitario.
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