Los habitantes cercanos a estos ríos aún enfrentan enfermedades, afectaciones y no han recibido una reparación del daño por el derrame de tóxico en 2014.
Perla Miranda
El próximo 6 de agosto, se cumplirán ocho años del derrame de 40 millones de desechos tóxicos y metales pesados de la mina Buenavista del Cobre en el Río Bacanuchi, en Sonora.
Para los habitantes de la comunidad es un año más en el que deberán exigir reparación del daño, acceso a agua limpia y atención sanitaria.
A pesar de que, 22 mil personas fueron afectados por el derrame, no ha habido sanciones y garantías de no repetición.
Por ello, académicos e integrantes de comités de Cuenca Río Sonora enfatizaron en la necesidad de una reparación del daño.
En el encuentro “Ocho años de impunidad ante el derrame en el río Sonora”, la Dra. Victoria Beltrán señaló que en teoría quien contamina debe pagar.
No obstante, en la práctica no ocurre y menos cuando los gobiernos se subordinaron al poder económico cuando ocurrió el desastre ecológico.
“Nos encontramos en territorio ambientalmente devastado. En un sitio contaminado donde cada vez hay más indicios de la persistencia de dicha contaminación. En un sitio que realmente no se remedió, ni tampoco se cumplieron los compromisos de reparación como la instalación de plantas potabilizadoras y la atención médica y la construcción de un establecimiento hospitalario”.
Las promesas de Peña Nieto
Miembros de los comités Cuenca Río Sonora recordaron que el gobierno de Enrique Peña Nieto y la empresa cerraron el Fideicomiso Río Sonora sin cumplir con la construcción de 36 plantas potabilizadoras y una clínica de atención a la salud en 2017.
A pesar de que, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó en 2020 que fue ilegal el cierre del Fideicomiso.
Para Patricia Velarde, el derrame no sólo trastocó la vida de las comunidades cercanas por las afectaciones en su salud, sino que les quitó la oportunidad de consumir agua.
“Mientras el problema del agua no se solucione de raíz, la salud y por lo tanto el derecho tan sagrado que es a la vida va a persistir desde todos estos derechos, medio ambiente sano al agua asequible, potable y todo lo que debe de tener, la salud que es el valor más importante que pueda tener el ser humano, el bienestar general de la población pues va a continuar con estas tremendas afectaciones”.
Según los participantes del seminario, Grupo México nunca ha tenido una intención real de atender el problema.
Por ello reiteran el llamado a los gobiernos local y federal para que no se minimicen los impactos en la salud y el medio ambiente.
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