Científicos encontraron que las personas comparten preferencias de olores, independientemente de su origen cultural.
Redacción IMER Noticias
Investigadores del Departamento de Neurociencia Clínica del Instituto Karolinska, en Suecia, y de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, seleccionaron 10 moléculas de una muestra de casi 500 aromas de un estudio anterior y se los presentaron en varias sesiones a 235 personas de 10 culturas diferentes.
Además de una veintena de habitantes de Ciudad de México y Nueva York, en la muestra también había personas de comunidades tradicionales más o menos expuestas a la cultura occidental, desde Malasia hasta Ecuador.
La hipótesis era que, si el olfato está moldeado por la cultura, sus resultados deberían ser muy diferentes. Sin embargo, éstos mostraron que las personas comparten preferencias de olores independientemente de su origen cultural y que la predilección personal sí puede deberse al aprendizaje, pero también podría ser resultado de nuestra composición genética.
Aunque se demostraron las variaciones entre cada grupo, también se comprobó que hay una correspondencia global sobre qué olores son agradables y cuáles no. En contra de lo que se esperaba, la cultura solo explica el seis por ciento de la variación en las clasificaciones de agradabilidad.
¿Qué aroma fue considerado como el más agradable?
Entre los olores que se pidió a los participantes que clasificaran estaba el de la vainilla, y este fue el “ganador”.
Sí, para los participantes, la vainilla es la que “mejor olía”, seguida del butirato de etilo, presente en muchas frutas y que da ese aroma característico a la piña o el mango.
También aparecen entre los mejor calificados el linalool, componente de muchas plantas aromáticas, o el alcohol fenetílico presente en las rosas, claveles, flor de azahar o el pino verde.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Current Biology.
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